ola, quiero empezar a mostrarles parte de los delirios de un poeta, la poesia es el vicio del alma, en este blog podran ver parte de mi vida, relatos, poesia, un poco de mi locura, nunca podre detenerme porque cuando el hombre se detiene muere, les dejo el siguiente relato, espero que les guste.
SUEÑO ETERNO
El murmullo de la gente era estrepitoso, los sonidos eran como truenos saliendo de las bocas de aquellas personas vacías y robotizadas, sus miradas parecían querer ver a través del cuerpo elegante de Grecia, pero la miraban con desprecio, la hacían sentir un objeto, era escoria, pero nadie se atrevía a decírselo, cada minuto era doloroso, la angustia seducía a su corazón y el miedo danzaba junto a su alma, ella sentía que estaba en un precipicio profundo, tan obscuro como lo era la bóveda estrellada.
-vámonos.-dijo Grecia.
-¡no!-respondió Venus
-debo de irme, pero no te puedo dejar aquí sola
Una mañana las cosas guardaron silencio, Grecia miró a su amada, Grecia decía que Venus era una dulce princesa volátil, con el alma enajenada de amor, decía que sus cabellos eran profundos y serenos como la noche, que sus ojos eran dos luceros, su frente de marfil, sus manos como dos aves al viento, sus caderas silenciosas y misteriosas como la marea, su piel de leche y miel, sus pechos como dos montes sinuosos y eternos, que las rosas envidiarían la textura de sus labios y que la tenia una trémula voz mas enervante que el cause de un rio cansado.
-te amo.-dijo Grecia y sus besos tocaron el alma de Venus, ella guardó silencio
-dime algo.-replicó Grecia.- tu silencio me asesina, debemos irnos
Venus recargó su cabeza en el regazo de Grecia, las cosas seguían mudas como cuando viene la tormenta… la puerta se abrió, una mujer entró, era tan gorda que apenas podía moverse, estaba agitada, los ojos parecían desorbitársele.
-Hasta aquí llegaron putas.-dijo la señora
Aquella mujer abrió una pequeña caja, una sombra amarga salía de ahí, en los ojos de Grecia y Venus había valentía, entereza, silencio, la otra mujer parecía un pequeño animal, su cuerpo transpiraba miedo, la sombra entró en los cuerpos de aquellas amantes, la sombra avanzó por sus almas, destruyendo cada sentimiento y anhelo que ellas guardaban con tanto recelo, la sombra volvió a la caja, la mujer gorda se alejó, y ahí quedaron los cuerpos de Venus y Grecia, un hilo negro caía por sus bocas, sus almas habían sido mancilladas, pero sus cuerpos inertes quedaron unidos, tomadas de la mano, aceptando la muerte como el precio de un toxico amor que terminaría por destruirlas en un mundo seco y callado.
Céfiro-efebo@hotmail.com
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