sábado, 8 de agosto de 2009



¿QUIERES ACOSTARTE CONMIGO?

Extraño, místico, bello, faltarían palabras para describirlo, sentado en los confines del vicio, creando formas abismales de su cigarrillo, la noche era nublada cuando lo conocí, mirando al infinito, coqueteando con el tiempo, respirando la danza de los aromas, me acerqué, me miró.
- Puedo sentarme.-le dije
- Nada te lo impide o no.- respondió
Me senté junto a el, pero parecía que estábamos tan lejos, recordé aquella ocasión que lo vi por primera vez, dulce, inaccesible, una deidad, lo había seguido dentro de los laberintos que me otorgaba su vida, el caminaba haciendo gala de su intenso ser por entre los cuerpos que expiraba una ciudad de muertos, y aquella noche sentado junto a el, me atreví a hablarle, ¿que podía pasar?, quizás nada, yo era un hombre maduro y veía exhorto la magnificencia de la sensualidad llevada hasta lo divino en un adolescente delicado como el era la imagen del mismo Apolo, lo volví a mirar.
- tienes fuego.- dije al tiempo que mostraba mi cigarrillo
- toma.- me acercó su encendedor
- Gracias.-dije.- yo soy Ulises, como te llamas
- Miguel Ángel
- Hermoso nombre, tanto como lo eres tu
Miguel me miró, sonrió sarcásticamente y lo miré infinitamente
- Eres ridículo.-me dijo
Yo torné mi mirada hacia el suelo, me sentí vacio, dolido, sabía que aquellas palabras filosas que salían de sus tenues labios eran verdad, me levanté
- nunca dije que no me gustabas, solo que te veías ridículo
Me volví a sentar en la acera donde estábamos sentados, el lugar era una claro de luna en una noche serena, fría, el bosque espeso de las casas hacían mas fácil nuestra plática, estábamos afuera de aquel antro, podía sofocarme el humo, las personas, pero la belleza de aquel joven hacia que todo se tornara tan suave como las nubes en verano
- porque piensas que soy ridículo.-dije
- y lo preguntas.-sonrió.- ¿cuantos años tienes? treinta y cinco, cuarenta.
- para el amor no hay edad
- ¿amor?- me miró asombrado.- ¿acaso te enamoraste de mi?
- tendría eso algo de malo.-respondí
- no, pero la mayoría de los hombres como tu solo quieren sexo
- ¿cual es la diferencia?
- el dinero cariño, el dinero.- me dijo
- quizás la diferencia es que en el amor se paga mas
- tienes razón, además de se atractivo, ¿quieres acostarte conmigo?
Me quedé perplejo, ¿sexo con un jovencito?
- no se.-dije
- Eres el primero que lo tiene que pensar
- eres un niño
- lo ves, eres ridículo, tu fuiste el que me siguió
- es que, no se.-dije titubeando
Me hizo una seña de que me callara y me tomó de la mano, caminamos lento, perdonando al tiempo, nos metimos a un hotel, pidió una habitación, subimos la escaleras, entramos al cuarto y el aun sin soltarme la mano me condujo hasta la cama, nos sentamos en aquel mar de sabanas, el se recostó, y me dio un condón.
- vamos, has lo que viniste a hacer.
- No así
- que es lo que te preocupa, mírame.- se desnudó y me mostró su cuerpo perfecto y definido.- que esperas
- ahora tu te ves ridículo.- le dije
Me dio un golpe, le robé un beso suave
- ¿porque no eres como los demás? -preguntó
- porque tu no eres como los demás jovencitos
Nos acariciamos una y otra vez, fundiendo nuestros cuerpos en aquel mar blanco de sabanas y de mieles de amor, cada que deslizaba mis caricias por aquel cuerpo, era como sentir el ser de los ángeles, mi amor excelso se volvía real, sus manos suaves y delicadas se encontraron con mis labios tantas veces como tantas estrellas se pueden contar, sus ojos claros que me evitaban, se encontraron con mi mirada en incontables momentos, después de casi una vida, amaneció, vi sus labios de miel, su cabello dorado, sus mejillas color de la aurora, sus cuerpo impávido, desnudo vivo, su miembro elegante y altivo, poco a poco ese jovencito despertó de aquel placer onírico en el que se encontraba inmerso, sonrió y se vistió.
- descansa.- me dijo
Se vistió y salió en completo silencio, no sin antes susurrarme algo al oído y tomar algo de dinero de mi bolsillo, desde aquel día, seguí las instrucciones que me había murmurado, todos los viernes yo dejaba una rosa color carmín en la entrada de su casa, entonces el tomaba la rosa, y en la noche iba a mi casa, cenábamos y nos entregábamos a las pasiones de nuestros cuerpos, los que antes eran cadáveres ahora adquirían vida, a la mañana siguiente el dejaba la rosa sobre la cama, tomaba algo de dinero y se alejaba de mi lado, continuamos con el mismo ritual por casi seis meses hasta que una noche dejó de ir y así la noche siguiente, yo no lo llamé, ni lo busqué, me hice a la idea que el no volvería, pasaron algunos años eternos y distantes, y entonces, una tarde, vi un cuerpo desnudo, dolido, frio, era casi un cadáver, era el, era miguel Ángel, lo cubrí con el abrigo de mis brazos y lo llevé a mi casa.
- gracias.- me dijo, el se veía muy viejo, acabado y golpeado, vi que tenia sangre en las manos
- que te ha pasado
-no quiero hablar de eso, pero ¿quieres acostarte conmigo?
- ¡no!, mírate, estas deshecho y lo primero que me dices es si quiero acostarme contigo
- por favor, hazlo,
- porque insistes.-le reproché
- fuiste el primero que no me lo pidió, el primero que trató de amarme, yo te quiero pagar
- ya hubiera llegado otro, tu no tienes que pagarme así, yo te amo aun sin sexo
-¿quieres saber que me pasó?
Me indicó que guardara silencio y me llevó a un pequeño bosque situado a pocos metros de mi casa, era un bello jardín de jacarandas, con formas tan sensuales como lo era ese joven, a pocos metros del jardín, estaba el cuerpo sin vida de un hombre maduro.
- que ocurrió, quien es el
- mi padrastro, el era frio, ni siquiera me notaba, manteníamos un silencio absoluto, el marcaba su distancia y yo la mía.
Cuando alcancé a ver, el ojo de Miguel estaba lastimado, en blanco
-veo que has notado mi defecto, entiendo si sientes repugnancia
- ¿como podría sentir algo así? -dije mientras le acariciaba la mejilla
- Un día mi padrastro vio que tu dejabas la rosa, luego me vio y me siguió, vio nuestros cuerpos fundidos en un solo ser y todos los viernes me traía a este lugar y me daba embestidas infernales como las de un toro, el fingía ser tu, lo soporté porque me amenazó con lastimarte a ti y a mi madre, pero hace unos días, ella murió, ese imbécil que ves ahí la mató, también la lastimaba ferozmente, entonces tomé un cuchillo, intenté matarlo, pero el me lo arrebató y me cortó el ojo, luego le pegue y le quité el cuchillo, entonces lo maté.
- ya no se quien eres.-le dije.- porque aceptaste ser violado por ese tipo
- por miedo.-me dijo
Entonces le escupí y me miró absorto.
- creo que los dos nos vemos ridículos ahora.-continuó.- no es así.
-me voy, no me busques, yo te busqué solo porque quería acostarme contigo
- espera
Yo voltee y el me apuñaló en el estómago
-que se siente tener miedo, que se siente ser usado como un objeto.-me dijo al momento que me besaba.
Lo miré como la primera vez, el de nuevo era ufano, engreído, yo era solo hombre desolado, dormido en mi propia imaginación, caía lentamente sobre la hojarasca, entonces escuché los misterios del mundo, miré a un pequeño que había sido solo un objeto de placer, respiré el delirio del momento, saboree el asesinato, y sentí el amor a flor de piel, viviendo, muriendo, disfrutando de una vida que sucumbía ante los sueños de un amor de juventud.

1 comentario:

  1. WOW!

    Casi me voy sin leer esto, es una historia cautivamente. Una vida tan vacía y oscura, me encanta.

    Que bueno que hayas encontrado mi blog, ahora puedo leerte, en serio, escribes muy bien.

    Un Abrazo.

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